Después de mes y medio de guerra entre Israel y Hamás, ambas partes han acordado un alto el fuego que ya está en vigor y que, además, va a posibilitar un intercambio de rehenes. Lo que comenzó el 6 de octubre como un ataque sorpresa del grupo terrorista palestino, ha continuado con una respuesta cruel y desproporcionada, fuera de todo derecho internacional, de Israel.
Hasta el día de hoy y tras el primer ataque de Hamás, los días se han sucedido con misiles israelíes cayendo sobre la población de Gaza. El ejército de Israel también ha llevado a cabo una incursión terreste en uno de los territorios palestinos ocupados. Por su parte, en Cisjordania, donde Hamás no tiene presencia, los colonos israelíes también han causado víctimas palestinas.
El conflicto es desigual y, sobre todo, inhumano. La respuesta de Israel ha sido desproporcionada e indiscriminada. Además, Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, y el Gobierno del país, han bloqueado los correrdores humanitarios durante gran parte del conflicto, algo que ha impedido trasladar ayuda a la población civil de Gaza. La gravedad de los ataques ha provocado, incluso, ciertas modificaciones de la comunidad internacional. Lo que comenzó con un respaldo a Israel ha virado en la tibieza de que el país tiene derecho a defenderse, pero cumpliendo el derecho internacional. Algo que, lógicamente, no está sucediendo.
Las diferentes ofensivas de Hamás han provocado alrededor de 1.200 muertos en territorio israelí, dos de ellos españoles. La cifra, aunque es alta, queda muy lejos de los civiles que ha asesinado Israel en sus ataques indiscriminados. Esta semana, las cifras oficiales palestinas ya hablaban de más de 13.000 civiles asesinados, 5.500 de ellos niños. Los trabajadores asesinados de Naciones Unidas superan ya los 100, una cifra nunca antes vista, mientras que el número de periodistas que los ataques israelíes han matado rozan los 50.
La visita de Pedro Sánchez
El alto el fuego entre Hamás e Israel ha coincidido con la visita de Pedro Sánchez a la zona para reunirse con Netanyahu y con la Autoridad Nacional Palestina. Aunque la izquierda que está fuera del Gobierno ha criticado la visita de Sánchez por blanquear a un "genocida", también es cierto que ningún otro líder le había dicho cara a cara que sus actuaciones estaban fuera de cualquier justificación.
"El terrible sufrimiento de cientos de miles de personas en Palestina es atroz", dijo Sánchez, incidiendo en que "las operaciones militares deben distinguir con claridad entre los objetivos terroristas y la protección de la población civil".
El otro mensaje que Sánchez ha querido dejar claro en sus contactos tanto con la parte israelí como la palestina, es que la única vía para resolver el conflicto pasa por la materialización de la solución de dos Estados.
"Necesitamos retomar una perspectiva de paz seria y creíble", ha reivindicado ante Netanyahu, ante el que también ha expuesto su propuesta de una conferencia internacional de paz, avalada ya por la UE y la Liga Árabe, entre otros, incidiendo en que "sin una solución política, estamos abocados de nuevo a ciclos interminables de violencia".
Sánchez ha remarcado que "hoy la paz significa el establecimiento de un Estado palestino pacífico y viable, que incluya Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas".
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