María Pujol, arte en 3D en el Campus de Jerez: "Vivo, trabajo y respiro para el grabado"

La Galería de Arte El Viajero Alado, en colaboración con el Servicio de Extensión Universitaria del Vicerrectorado de Cultura de la Universidad de Cádiz, organiza en la sala de exposiciones de La Asunción del Campus de Jerez la muestra Luces y Sombras. Grabado tridimensional de la artista María Pujol. La exposición, coordinada por Bruto Pomeroy, se compone de 4 series: Grabado Tridimensional, Libros de Artista, Grabado gran formato y De la incisión a la luz.

María es licenciada desde el año 2004 por la Escuela Superior de Arte y Diseño La Llotja de Barcelona como Técnico Superior en Artes Plásticas y Diseño en Grabado y Técnicas de Estampación. Ha completado su formación como grabadora y estampadora en el Taller de grabado «AGA» Amsterdams Grafish Atelier, en la ciudad de Ámsterdam, Holanda. Actualmente es directora del Taller de grabado y estampación Manera Negra, situado dentro del recinto emblemático del Poble Espanyol de la ciudad de Barcelona desde del año 2.007.

Al acto de inauguración de la noche del pasado viernes asistieron numerosos artistas de la provincia, algunos incluso desde Madrid. Bruto Pomeroy, responsable de la galería El Viajero Alado junto con Bárbara Shunyí, explicó que hace ya más de diez años que inició su andadura en el mundo del arte, que siempre trabaja desde “lo íntimo, y solo con aquella gente que me enamora”.

Con su “buen olfato para lo gráfico”, Bruto Pomeroy se dio cuenta de que estaba ante una artista especial, con una gran trayectoria por delante. La exposición de María Pujol es una excelente oportunidad para acercarse al mundo del grabado. La Manera Negra, así se llama el proyecto de María, nos anima desde Barcelona a explorar este terreno artístico tan apasionante.

“En esta exposición hay un poco de cada línea que trabajo”, explicó María Pujol. El nexo común de todas sus líneas de trabajo se resume en dos palabras: tradición e innovación. “Me interesa seguir enseñando la tradición del grabado, para que no se pierda, y al mismo tiempo utilizar las nuevas técnicas que la actualidad nos brinda.” Investigando todas las posibilidades, María llegó al grabado tridimensional, su gran innovación y lo que la define en su labor artística.

¿Cómo pasar de lo bidimensional a lo tridimensional en el grabado? La solución que encontró consistió en aislar la figura del fondo recortando, a mano con bisturí. “Primero hago el grabado, lo estampo en papel, lo recorto a mano y lo monto en las cajas de madera.” Al poner luz proyecta su propia sombra al fondo de la caja. Maneja el fotograbado, basado en la fotografía en cámara oscura y el estampado calcográfico. Así consigue muchas tonalidades y texturas muy realistas. El color en el grabado lo logra mediante transferencia de imagen, con un papel plástico que no absorba el tóner, que lo deje en suspensión. Se trata de investigar. Para ella este trabajo supone una dedicación absoluta. No hay que mirar el reloj, porque “para mí el grabado es una forma de vida”.

“Uno de los problemas que tenemos los grabadores es crear obras en gran formato.” Hay limitaciones técnicas, ya que no es posible encontrar planchas grandes en el mercado. María Pujol ha solucionado este problema ensamblando 16 planchas de DIN A4. Divide la imagen previamente y crea los positivos por separado. Con una de estas obras ha obtenido recientemente, hace cuatro días, un premio nacional para la técnica y la trayectoria que otorga el Museo de Grabado Español Contemporáneo de Marbella.

Otro de los formatos sobre los que ha investigado es el libro de artista, hoy en auge. “Es un género que ofrece libertad total de creación.” María sigue con su línea de trabajo. Realiza estampación correlativa en una tira de papel de grabado, siempre de 300 gramos, para que la obra tenga cuerpo, y luego recorta a mano. “Juego con papeles japoneses difíciles de encontrar, en este caso papel kozo.” Estos libros funcionan por los dos lados, “todos tienen doble lectura y muchas formas de colocarlos y observarlos”. Pueden ser presentados en forma de estrella, de acordeón, etc. Hay mucha gente que le pregunta si es verdad que los recorta a mano. “Sí, los recorto a mano porque disfruto con el proceso. Para mí es como meditar.” De Jerez viaja a Móstoles para ser jurado de un premio de libros de artista.

También nos ofrece en esta exposición serigrafías. Son obras que realizó antes de adentrarse en el fotograbado. Era una forma de trabajar con gran formato. Utiliza dos planchas estampadas y luego recortadas a mano. En estas obras hay un trabajo añadido, los marcos, realizados con palets que estaban en la basura. Junto a su padre, ennobleció la madera y la convirtió en obra de arte. “No siempre hay que comprar materiales, se pueden recuperar”, aconsejó a los estudiantes presentes en la sala.

Por último, nos explicó su línea de investigación actual, el fotograbado con incorporación de iluminación led. Utiliza papel japonés que registra muy bien el grabado. Además dispersa la luz, por eso lo usan los japoneses en las casas. Así que se le ocurrió la idea de introducir la luz en un grabado con ese papel. Y los resultados son sorprendentes, la interacción de la luz azul y la tinta sepia del papel genera tonalidades inesperadas. María Pujol se ha especializado en el fotograbado, una técnica más conocida en el mundo industrial. Hay pocos talleres de arte que la manejen y la enseñen. “Utilizo una técnica de arte múltiple para crear obras únicas”.