Los efectos de la turistificación en la vivienda: "Cádiz se está convirtiendo en un parque temático"

Los precios disparados y la poca oferta de alquiler tradicional hace muy difícil encontrar vivienda de larga duración en la provincia, sobre todo en la costa

La llegada masiva de turistas y la proliferación de viviendas de uso turístico generan el rechazo de vecinos y de asociaciones y colectivos.
La llegada masiva de turistas y la proliferación de viviendas de uso turístico generan el rechazo de vecinos y de asociaciones y colectivos. MAURI BUHIGAS

"Disponible de septiembre a junio. Disponible julio y agosto"; "Disponible julio y agosto, precio por semana"; "Temporada de septiembre a junio, gastos incluidos. Alquiler julio y agosto por semanas"; "Disponible primera quincena de agosto"... Son tan solo algunos de los destacados de anuncios del portal inmobiliario Idealista cuando el visitante teclea en el buscador "El Puerto de Santa María".

Cuando se acerca la temporada estival, el alquiler turístico se dispara, especialmente en ciudades como El Puerto y Cádiz, destino turístico por excelencia para los meses de primavera y verano. Colectivos y partidos políticos llevan años pidiendo que se declaren estas dos ciudades como zona tensionada de vivienda, y que se tomen las medidas pertinentes al respecto; al menos, que se implante la tasa turística.

Esta misma semana, la Junta de Andalucía ha dejado en manos del sector turístico el cobro de dicha tasa, optando de nuevo por el inmovilismo ante esta problemática.

En El Puerto, hay 1.029 viviendas turísticas, según datos de 2023 del Instituto Nacional de Estadística. Estos datos del INE no cuentan, por supuesto, las viviendas que no están declaradas como tal, pero de las que se hace un uso turístico. Según las cifras que maneja Adelante El Puerto, actualmente hay más de 4.000 viviendas vacías. Las cifras no cuadran.

Esta formación reclamó el año pasado que se declarase la ciudad como zona tensionada. Alejandro Gutiérrez, portavoz de Adelante El Puerto, así lo expresa: "No hay apenas alquileres anuales". Gutiérrez explica que se trata de la proliferación de un negocio que también va ligado a un cambio en el modelo de turismo: "Está cambiando la tendencia de ocio a un turismo de borrachera. El turismo de familias se ha estancado". El portavoz de Adelante cuenta también que se están llevando a cabo muchas reformas de viviendas en el centro de la ciudad, "viviendas grandes, de 200 ó 300 metros cuadrados", compradas por empresas y fondos de inversión para compartimentarlas y destinarlas a fines turísticos.

Con la declaración de zona tensionada, podría limitarse la concesión de licencias a este tipo de viviendas, "al menos ponerles coto y saber el número real que hay", afirma Gutiérrez. En el pasado, desde la formación llevaron a cabo estudios calle por calle, y llegaron a contar un centenar de viviendas turísticas, marcadas con la característica cajetilla en la puerta para marcar el código de entrada o para recoger las llaves, tan solo en el centro de la ciudad.

La proliferación de estas viviendas, una de las causas del aumento del precio de los alquileres

En Cádiz, la situación no es muy diferente. Allí, había, en 2023, 1.607 viviendas turísticas. El colectivo Calle Viva también lleva años, desde 2018, trabajando para concienciar a la ciudadanía sobre este problema y para exigir medidas reales. Nacieron a raíz del malestar que provocaba entre los vecinos la proliferación de este tipo de viviendas.

Jesús Ruiz, miembro del colectivo, habla de "una emergencia habitacional en toda regla". Explica que el 70% de la oferta de alojamiento turístico reside en estas VUTs (vivienda de uso turístico). Ante la proliferación "voraz" de estas viviendas, "cada año la ciudad pierde habitantes, gana viviendas turísticas...". Esto, dice "no es fruto de la casualidad, sino de la causalidad de la turistificación".

En 2019 presentaron al Ayuntamiento de entonces una batería de propuestas, entre las que incluían la tasa turística, "que entonces parecía una locura", y que ahora sí se tiene en cuenta, explica. Su intención con estas propuestas era también reconvertir algunas de esas viviendas para hacer un uso residencial de las mismas. 

Él mismo sufrió un desahucio en 2018 porque la vivienda en la que vivía pasó a ser de uso turístico. "Fue una de las peores cosas que pude vivir, porque encontrar vivienda en Cádiz en ese momento fue prácticamente imposible", explica. Y, ahora, considera que debe ser incluso peor, especialmente para las personas mayores, las más vulnerables, que ven cómo los precios y los alquileres suben considerablemente.

"La problemática es mayor ahora porque Cádiz se está convirtiendo en un parque temático", expresa el miembro de Calle Viva de forma contundente. Aunque desde este colectivo trabajan a nivel local en la ciudad de Cádiz, también apoyan a otras asociaciones de vecinos, como las de Jerez o El Puerto, cuando realizan acciones en protesta de esta situación.

Las conductas incívicas por parte de turistas son uno de los grandes motivos del malestar de muchos vecinos. En ese sentido, para Calle Viva, también es importante recalcar el impacto climático y las consecuencias que tiene el turismo sobre la ciudad. ¿El camino, en su opinión? Evolucionar hacia un turismo sostenible, "más afable con la ciudad" y con sus habitantes. 

Sobre el autor:

Alaia Rotaeche

Alaia Rotaeche

Graduada en Periodismo y Máster en Estudios Literarios por la Universidad Complutense. He pasado por medios locales, por comunicación política y de organizaciones y he participado en proyectos autogestionados. Me interesan particularmente la cultura, la política, las migraciones y los feminismos, e intento siempre tener la mirada puesta en quienes tradicionalmente han habitado los márgenes de la sociedad.

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