El recuerdo de Ana Orantes continúa en Puerto Serrano tantos años después

" A su madre la mataron por contar en voz alta lo mismo que sufrían miles y miles de madres andaluzas. Raquel podía haber hecho con su dolor una coraza. Pero decidió hacer con su dolor un arma", relata el Ayuntamiento

La visita de Raquel Orantes a la placa de su madre en Puerto Serrano.
La visita de Raquel Orantes a la placa de su madre en Puerto Serrano.

La hija de Ana Orantes ha acudido a la localidad de Puerto Serrano. Su madre, asesinada por su marido tras denunciar los malos tratos de toda su vida en Canal Sur, fue víctima de la violencia machista y, a la vez, detonante para una mayor concienciación. Entonces, su relato en un medio de comunicación fue un antes y un después. 

En un comunicado en las redes sociales, el Ayuntamiento que dirige Daniel Pérez, periodista ahora dedicado a la política, ha dedicado unas bonitas palabras sobre la importancia del monolito que recuerda a Orantes en la localidad.

"No hay nada capaz de reparar la pérdida de una madre. No hay alivio ni hay consuelo ni curan las palabras ajenas, ni sirve de mucho el ritual del pésame ni el tránsito del duelo. Cuando pierdes a tu madre, pierdes para siempre el lugar del que partiste. Y asumes que se trata de un lugar al que no podrás volver. Pasan los años y los años y los años y aún te descubres marcando ridículamente su número de teléfono. Vas haciendo una lista enorme de cosas que contarle. Alguien ha cerrado para siempre la puerta de tu casa. No hay un día en que no te falte. No hay un día en que no te duela. Quien lo conoce lo sabe.

Raquel Orantes, la orgullosa hija de Ana Orantes, visitó ayer Puerto Serrano. A su madre la mataron por contar en voz alta lo mismo que sufrían miles y miles de madres andaluzas. Raquel podía haber hecho con su dolor una coraza. Pero decidió hacer con su dolor un arma.

La figura de su madre, su memoria sencilla -decía Raquel frente al monolito que dedicamos a Ana-, puede salvarle la vida a otras mujeres golpeadas por la angustia, por el miedo y la violencia. A otras Anas que, esta vez sí, sientan el calor de una parte (al menos de una parte) de la sociedad de este país.

Raquel nos habló de su madre con franqueza y cercanía, supo transmitirnos la extraña paradoja que la envuelve y que la guía: cada vez que alguien recuerda aquella tragedia horrible, aquella tragedia que es suya y de los suyos, Ana Orantes revive un poco, crece de nuevo, no desaparece del todo. Vence. Gracias, Raquel, por compartir con nosotros algo tan íntimo y tan duro. No sabes todo el bien que nos has hecho. Desde ayer, hay flores de Puerto Serrano en un rincón de la casa de Raquel Orantes. Y Ana verá florecer cientos de rosas rojas en su casa de Puerto Serrano. Cada año, en primavera, resurgirá con fuerza su recuerdo. Y las primaveras no se terminarán nunca, Raquel. Será imposible la derrota. Porque mientras haya lugar para la primavera no habrá lugar para el olvido".

Sobre el autor:

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P. F. Q.

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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