Al incorporarse de la baja por maternidad de su primera hija, Esperanza Fernández, (Sevilla, 1983) lo hizo en un nuevo trabajo, en un nuevo país, con nuevos compañeros y un nuevo cargo de responsabilidad. Esta ingeniera informática, con experiencia previa en importantes empresas españolas, emprendió así una aventura en EEUU que duró seis años.
Como manager de ingeniería, estuvo al frente de un equipo que levantó los inicios digirales de BBVA en Estados Unidos, tras la compra de Compass en 2007. “Al principio fue una experiencia dura, porque mi niña tenía meses, y mientras te haces con el idioma, con el acento del sur, entiendes el negocio…”, recuerda. Pero con “paciencia, trabajo duro y constancia” sorteó todas estas dificultades.
"Como manager, poder gestionar a diferentes tipos de personas, de diferentes culturas, te enseña mucho”, asegura Esperanza, que cuando nació su segunda hija, se planteó si no sería hora de volver a España. Fue para dos años y estuvo seis en tierras americanas. “Con dos niñas ya quieres tener más cerca a la familia, porque me hacía ilusión que se criaran en la cultura española, si crecían más iba a ser muy complicado volverse”, expresa.
Así lo hizo. “Hace un año y medio que tomé la decisión de volverme. A raíz del covid se potenció el teletrabajo, por lo que podía seguir desarrollando mi carrera cerca de casa pero en un entorno internacional. Ya me pesaba estar tan lejos”, dice Esperanza Fernández, que ahora es manager de ingeniería en Eventbrite España, una compañía con origen en Silicon Valley, la zona cero de muchas de las grandes tecnológicas del mundo.
Esta plataforma de gestión de eventos y venta de entradas sirve a una comunidad de cientos de miles de creadores de eventos en casi 180 países. Desde su casa en su Sevilla natal, ahora Esperanza gestiona a un equipo internacional. “Nos dedicamos a la creación de eventos, ofrecemos a los creadores un servicio self-service para crearlos”.
En la empresa empezó en agosto pasado, desde cuando viene teletrabajando, lo que para ella es “un lujo”. “Encontrar una empresa que me ofrezca trabajo 100% remoto es algo que no había tenido nunca. Eso de decidir dónde vives y tener flexibilidad para moverme es increíble”, apunta Fernández.
“Sevilla es mi ciudad, están mi familia y amigos de toda la vida. Y el teletrabajo me aporta una mejor conciliación familiar, sin duda. Aprovecho mucho más el día, ahorro tiempo en desplazamientos y atascos y el estrés que eso causa. Puedo hacer ejercicio todos los días antes de empezar a trabajar. A mediodía intento coincidir con mis hijas para comer, para poder ver como va su día, y ya ellas continúan con sus actividades y yo continúo mi jornada de trabajo”, explica Esperanza.
Además, vive muy cerca de un parque que visita cada día “para desconectar”, y tiene tiempo de practicar deporte, sobre todo patinaje y montar en bici, con sus amigos y sus hijas. “Donde vivía en EEUU no había carril bici para patinar. Me llevé los patines y no los usé en seis años. Hacer todos estos planes me ayuda a desconectar de la rutina y volver al trabajo con las pilas recargadas”, asegura. Estando en Sevilla, tener la playa cerca le hace ganar calidad de vida. “Es un sueño, nunca me pude imaginar la suerte que iba a tener”, dice.
En una habitación de la casa que ha habilitado como despacho, la manager de ingeniería de Eventbrite España tiene un monitor, un ordenador portátil y su mesa de trabajo. “Un sitio cómodo, como si estuviera en la oficina”, aclara. "Teletrabajando los días son más intensos, porque en la oficina tienes distracciones, pero ahora me focalizo mucho y saco adelante mucha tarea”, asegura.
Eventbrite es una compañía de Silicon Valley con presencia en todo el mundo, y en España tiene uno de sus principales centros mundiales de ingeniería, donde Esperanza Fernández ejerce como manager de ingeniería. Esta plataforma acogió en 2021 un total de 5,4 millones de eventos en 180 países, impulsados por 662.000 organizadores, emitiendo 291 millones de entradas. Para ello cuenta con 800 empleados, unos 100 en España.
Esperanza Fernández considera que Sevilla está atrayendo “empresas internacionales y esto está permitiendo que los que nos fuimos de aquí hace unos años en busca de otros retos profesionales podamos volver a vivir aquí y tener más oportunidades laborales. Cuando yo empecé a trabajar hubiera sido impensable todo lo que ha evolucionado el sector aquí”.
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