Domingo de Pasión y tedio andaluz

Llevamos siglos rezando y ahí seguimos: casi estancados, antes con progresismo de izquierdas y, ahora, con progresismo de derechas

ramon reig

Ramón Reig

Catedrático de Estructura de la Información, Universidad de Sevilla. Entre 1974 y 1991 ejerció el periodismo en medios y gabinetes de comunicación. De todas las tendencias. Desde 1991 hasta ahora es profesor de periodismo. Ha tenido su faceta de literato. Más de veinte libros publicados sobre Comunicación, Historia, Periodismo y Antropología. Once libros de poemas, tres de narrativa, algunos premios, estancias académicas en el extranjero (América y Europa). Ama la música y el gazpacho. Y cree que el periodismo es imprescindible. 

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, visitando las Reales Cofradías Fusionadas de Málaga en la antesala del Domingo de Ramos.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, visitando las Reales Cofradías Fusionadas de Málaga en la antesala del Domingo de Ramos.

Domingo de Pasión en Andalucía, Domingo de Ramos. Aquel profeta del que nos habla la tradición entró en Jerusalén triunfante para poco después ser prendido, torturado y asesinado tras una farsa de juicio. El Domingo de Ramos entra triunfal en Andalucía, es el comienzo de una conmemoración para todos los públicos, incluidos quienes, como yo, están poseídos por un tedio escéptico y se siente harto de tanta celebración por la calle, de tanta alharaca y tanto trajín con imágenes a las que durante todo el año pasean de un lado a otro mientras esta tierra sigue en crisis aunque sus políticos gobernantes nos digan lo contrario. Viven de eso, del positivismo ridículo, insostenible, saben que un triste nunca gana unas elecciones y no tienen valor para enfrentarse a cara descubierta con la realidad en su totalidad y hacernos partícipes de ella, parece como si quisieran seguir manteniendo aquella Andalucía que denunciaba el gran Pepe Suero: “Andalucía, la que divierte, grabao a fuego lleva un puñal de yunques viejos que la dirigen y la enseñaron sólo a rezar”. 

Por fortuna, hay una Andalucía europea ilustrada. La Ilustración no tuvo buena prensa en Andalucía y el fascismo se apoderó pronto de Sevilla y de Andalucía. Todavía hay coletazos de este proceder, restos muy poderosos y muy populares que ocultan a la otra Andalucía minoritaria a la que, por serlo, los medios de comunicación marginan, suman muchos menos receptores y, por tanto, menos clientes. Un medio es una empresa que tiene la obligación de ganar dinero para darle de comer a sus trabajadores, no lo olvidemos.  

He vivido la Semana Santa de Sevilla a tope. Me sigue gustando, por supuesto, es objeto de estudio, algo imprescindible. La crisis que en las mentes siembra la globalización y el exagerado postureo que conlleva están multiplicando las cofradías y los nazarenos. La Semana Santa es un lugar donde refugiarse ante el miedo y el desafío de la vida del siglo XXI, de la posthumanidad. Y, al mismo tiempo, una forma de ser protagonista por un día o por unas horas. Al contrario que otras religiones, al contrario de lo que se lee en el mismo Evangelio, en este caso lo que hace la mano derecha sí que debe saberlo la izquierda. 

Ante la llamada a la austeridad del luteranismo-calvinismo la Iglesia reaccionó con la exhibición aún mayor de su simbología. Ante esa relación directa y espontánea con Dios del protestantismo la Iglesia lo inundó todo de intermediarios aún en mayor medida de lo que ya lo había hecho. En la Semana Santa es la Virgen quien intercede ante Dios, en la vida cotidiana son cientos de santos y otras devociones, todo lo cual nos ha traído una riqueza artística enorme y también una dependencia mental aún mayor. El humano no se pertenece apenas y yo veo eso en el andaluz genérico. 

Año tras año esa tragedia de la pasión de Jesús se pasea por nuestras calles. Y año tras año hemos seguido siendo los últimos en la vida socioeconómica real, en la celestial somos los primeros y ese ser los primeros en la celestial da impulso al turismo y supone un refugio para todo extraño que busque una sociedad bastante estática que le recuerde el paraíso perdido de la niñez y también para quien persiga la movida y el bureo. Me gusta la estética de la Semana Santa, me va cansando su significado, su presencia durante todo el año, su a Dios rogando y con el mazo dando, su mercadeo con las sillas en la carrera oficial de Sevilla, todos los acontecimientos que nos recuerdan que los cofrades son seres humanos y, sin embargo, algunos de ellos se permiten el lujo de juzgar a quienes no necesitamos creencias como las suyas para ayudar al prójimo. 

Mientras suenan las cornetas y los tambores, la dura realidad sigue ahí, lo ha constatado este mismo diario. “Morenolandia” (Manuel Gavira, Vox), “Arcadia feliz” (Inmaculada Nieto, Por Andalucía), son definiciones utilizadas por la oposición a la Junta del PP. Desde luego, nos iría mucho peor con ambas formaciones en la Junta, hacen su papel en la oposición y en el juego democrático que, para los extrovertidos, es una verdadera bicoca porque predicar y cobrar bien por ello es mucho más cómodo que dar trigo. Pero, ¿qué trigo?

"Morenolandia es eso que dice que Andalucía va muy bien y sin embargo lidera el paro, que tiene unos magníficos servicios sanitarios y tenemos listas de espera millonarias. Morenolandia es todo lo diferente a la realidad de Andalucía, una tierra que en lo social y económico se mueve en los niveles más bajos. Pobreza, paro, malos servicios sanitarios, exclusión social, una educación que sigue siendo la última. Tenemos un presidente del Gobierno que se esconde tras una sonrisa". Eso afirma el señor Gavira. 

El Pacto Social se “vende” como algo positivo. A mí eso del Pacto Social nunca me ha convencido, me viene a la memoria la famosa foto de las manitas juntas del presidente con los máximos mandatarios de los dos sindicatos predominantes y de los empresarios. ¿Qué avances esenciales nos han traído tantos pactos sociales antes con el PSOE y ahora con el PP? Con el PP: “De las doce medidas urgentes hay, al menos, cinco que no se han puesto en marcha. Alguna de ellas, como el Bono Carestía, de especial relevancia para las familias en situación de vulnerabilidad”. 

Leo además en este mismo medio, gracias al trabajo de Emilio Cabrera: “A estos dos incumplimientos [Bono Carestía, Bono Familiar], posiblemente los más urgentes, hay que sumarle la falta de un Plan de Empleo Joven a pesar de ser una de las comunidades con peores datos de paro para los menores de 30 años; el bloqueo de subvenciones para la transformación digital y la competitividad industrial de empresas; y el desarrollo de un Pacto andaluz por la Atención Primaria. Este último punto lleva siendo objeto de polémica durante todo el año ya que el Gobierno andaluz consiguió parar huelgas y protestas realizando ciertos compromisos”. 

Por su parte, el diario ABC se queja con cifras en la mano de lo poco que invierte el Gobierno de Madrid en Andalucía. “Es la única comunidad autónoma que repite entre las que menos dinero 'per cápita' del Estado ha recibido en los últimos ejercicios”, afirma un trabajo de Manuel Contreras. Al igual que tanta inflación de procesiones no sólo en Semana Santa sino durante todo el año, también me produce tedio esta queja y este victimismo constante. Vamos a ver: ¿es España un país comunista? Creo que no, por mucho que llamen bolivariano a Sánchez aquí no hay comunismo ni socialismo siquiera. España y Andalucía son zonas capitalistas bajo la égida de la UE y del capital internacional. Ya está bien de pedir limosnas y subvenciones, son los empresarios los que tienen que invertir y arriesgar, no los gobiernos. Los gobiernos están para facilitar inversiones y llevamos desde el inicio de la democracia con una Andalucía que no despega lo suficiente, siempre a la cola, siempre entregada al turismo, sobre todo al turismo, y el turismo se va a hacer gárgaras con una simple pandemia, con unas borrascas impertinentes o con unas crisis típicas del capitalismo. 

Entre otras cosas, me sigo preguntando dónde está la inversión privada, ya sabemos lo que es este gobierno central de Madrid: una engañifa, un fraude. ¿Dónde está el capital privado? ¿Dónde ha estado? ¿Qué fue de todos aquellos planes de actuación sobre la producción andaluza que yo viví en directo cuando era periodista económico institucional en la Junta, durante los años 80 del pasado siglo? Mármoles Cosentino y poco más, los empresarios fueron reacios a ellos.  

Es el tema de nunca acabar, así que punto y final, ya seguiremos, ahora a tocar el tambor y a pasear modelos, mantillas, chaquetas azules y pasos por las calles mientras la cruda realidad sigue ahí, entonando misereres. Con qué poquito nos conformamos. Creo que Andalucía, en el fondo, sigue siendo la tierra más alegre de los hombres más tristes del mundo (Asamblea Regionalista de Ronda,1918). 

Llevamos siglos rezando y ahí seguimos: casi estancados, antes con progresismo de izquierdas y, ahora, con progresismo de derechas, aunque a los actuales habrá que darles más tiempo con esos votos que les ha prestado la socialdemocracia. Puede que estemos solos ante nosotros mismos, porque sí o por voluntad del destinatario de nuestras plegarias. Hoy es Domingo de Ramos, comienzo oficial de la Semana Mayor, pero entre el Viernes de Dolores y ayer, Sábado de Pasión, habían procesionado en Sevilla trece hermandades por distintos barrios no precisamente adinerados. Que Dios se apiade de nosotros. Creo que nosotros no pensamos hacerlo.  

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